viernes, 8 de febrero de 2013

Un viento de aquel lao le armó la cara, 
como pa nunca más cambiar el cuero. 
Oscura como el alma del agujero que muestra 
su garganta barreteada. 

Un sudor barro le charquea la frente, 
y un arroyo de sal le surca el pecho. 
Transparente cristal queda deshecho 
al golpear en la faja, de repente. 

Cada poro en la piel es un surgente 
y un poco de la vida... y un derecho. 


Cuántos años de pala y california, 
de esquinero, manea y varillones, 
y aguantando la lluvia en los galpones, 
puntear el barretón, maza y bigornia. 

No hay torniquete pa estirar destinos, 
ni un ocho liso pa añadirle vida. 
Al zafe de la púa va la herida 
como un pájaro rojo y peregrino. 


Un viento de aquel lao lo va gastando, 
de tanto paletearlo en las mañanas. 
Y en un rincón perdido de las ganas, 
algún tendón cansado dice: ¿hasta cuándo?. 

La sombra de la tarde va llegando, 
más lenta y cada vez menos temprana. 
Se hace largo vivir a puro brazo, 
buscándole a la tosca el recoveco. 

El corazón repite el golpe seco 
cada vez que se escupe el barretazo. 
Y una aguja de fuego al espinazo 
hace poner al ojo... como hueco. 

Y un viento de aquel lado se lleva el eco, 
pero queda en el hueso el cimbronazo. 


Un viento de aquel lao... 
le armó la cara como pa nunca más cambiar el cuero. 
Oscura como el alma del agujero 
que muestra su garganta barreteada. 

Un sudor barro le charquea la frente, 
y un arroyo de sal le surca el pecho. 
Transparente cristal queda deshecho 
al golpear en la faja, de repente. 

Cada poro en la piel es un surgente 
y un poco de la vida... y un derecho. 
...(COMO PA´NUNCA) JOSE LARRALDE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario