lunes, 27 de febrero de 2012

ESA PORFIADA FE

Cuando la bronca me baja por las manos
una vez y tantas veces
y, una baba procaz se cuaja en mis orgullos...
me estalla la idiotez y me destruyo
desde más abajo de las huellas
se me borraron, antes de nacer mis días.

Miro pasar el aire, ¡desesperado y quieto!
¡quisiera que estuviera en mis pulmones!,
pero me ahogo y quiebro
el último "por qué", la última "noción"
de una derrota
que transitó la gloria de algún sueño,
de algún deseo ingenuo, ¡muy adentro!
tan adentro... que parecía ¡miedo!
igual que el miedo a perderlo todo,
cuando no hay nada más, que nada en juego.

Cuando la bronca, dije ¡y digo "bronca"!
en el más alto anuncio del castigo
que se quedó conmigo,
audaz, autoritario, fastidioso,
justamente ¡conmigo!, que tuve fe,
esa porfiada fe... de dar cobijo
en el más amplio espacio de los siglos
¡justamente conmigo!... ¡Siento bronca!

Soy un trabajador: soy el destino
del hambre de mis hijos.
Ya no doy más perdón, porque no tengo,
ni sudor, ni paciencia..., ni hago ritos...
Si bajaran los santos, me dirían...
que ya no hay domingos
porque ya no hay lunes y en los sitios
donde nacen los callos ¡hay despidos!

Miro pasar el aire ¡desesperado y quieto!
¿Dónde tengo el amor?
¿Dónde estará mis sombra?
¿Cuál es este lugar donde muere esta hora?
¿Dónde estará aquel credo
del que me habló mi madre?

Cada portón que miro,
me aplasta esta cara de portón que conseguí...
Golpeando cada portón que vi.

¿Qué pecado mortal cometieron mis "antes",
que ha llegado hasta mi
esta factura impaga.
Me someto a gastar la razón de mis dudas...
y arrebato mi sangre...
sobre esta llaga infame
que me desglosa el hueso
y me infecta y me traga. 
Esa porfiada fe... ¡No valió nada! 
El 7 de febrero de1812 el Gral. Manuel Belgrano fue enviado por el gobierno central a Rosario para poner en funcionamiento las baterías recién construidas para defensa de las costas del Paraná, con el cargo de Comandante en Jefe. Una vez allí solicitó al Triunvirato se sirva declarar escarapela a la insignia que usaron sus fuerzas para diferenciarlas del enemigo español. El Triunvirato respondió declarando el uso obligatorio de los colores blanco y celeste para las tropas criollas. 

Esta autorización animó a Belgrano para que el 27 de febrero de dicho año enarbolara en una de las baterías la bandera celeste y blanca y la hiciera jurar por su tropa en la villa del Rosario, a orillas del Río Paraná. En esta ocasión , comunicó al gobierno diciendo " siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, mandela a hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional. Espero sea de la aprobación de Vuestra Excelencia".
Los soldados juraron por primera vez el pabellón nacional con las siguientes palabras:
"Soldados de la patria; en este pnto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional; en aquel (señalando a la batería IIndependencia) nuestras armas aumentarán sus glorias. Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del sud será el templo de la independencia y libertad. En fe de que así lo jurais, decid conmigo: ¡Viva la Patria!".
Tuvo el honor de izar la bandera fde la patria por primera vez el soldado rosarino Cosme Maciel .
El gobierno de Buenos Aires desaprobó la medida adoptada por Belgrano, alegando razones de prudencia política, imponiéndole hacer pasar el hecho como un rasgo de entusiasmo momentáneo, como así también, que ocultara disimuladamente el nuevo emblema, recomendándole lo reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires, (roja y amarilla).
Enviado Belgrano a comandar el Ejército del Norte, no llegó a enterarse la opinión del gobierno, llevó consigo la bandera y el 25 de mayo de l8l2 la izó por segunda vez en Jujuy y la hizo bendecir solemnemente en la Catedral de dicha ciudad por el sacerdote Gorriti.
El 29 de mayo Belgrano informó al gobierno de esta ceremonia: "... el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones...". El Triunvirato interpretó estos hechos como una desobediencia de Belgrano, por lo que le envió una reprimenda el 27dejunio, a la que el general contestó el 18 de julio, allanándose a la disposición de recoger la bandera, afirmando que la reservaría para el día de la batalla final de la gran victoria.
Posteriormente, la Asamblea del año XII I resolvió permitir el uso de la bandera creada por Belgrano, pero sin dejar ninguna constancia por escrito de ello, ya que no deseaba la ruptura total con España.
El Congreso Constituyente de Tucumán la reconoció oficialmente el 20 de julio de 1816, por iniciativa del diputado Esteban A. Gascón.
Esto fue dar legalidad a un hecho consumado y generalizado, ya que la bandera celeste y blanca había flameado anteriormente en distintas oportunidades de importancia: en la iglesia de San Nicolás de Buenos Aires, con motivo de la celebración de una misa de acción de gracias por el fracaso de la conspiración de Álzaga; también, el 13 febrero de 1813, Belgrano había hecho jurar a sus tropas fidelidad al gobierno de la Asamblea del año XIII, a orillas del río Pasaje (luego fue denominado Juramento), utilizando la bandera celeste y blanca que, como ya quedara señalado, por disposición de ese organismo en el día de su instalación había sido permitida; con el triunfo de Salta del 20 de febrero de ese mismo año, donde tuvo su bautismo de fuego; cuando se rindió Montevideo, el 23 de junio de 1814, la bandera española fue reemplazada por la celeste y blanca; por último, la Fortaleza de Buenos Aires la había adoptado el 1 7 de abril de 1815.
El Director Supremo Pueyrredón solicitó al Congreso, el 9 de enero de 1818, que resolviese sobre las diferencias que estimase oportuno en el uso de las banderas.
El Congreso contestó que toda bandera nacional debía tener los dos colores, blanco y azul, como hasta ese momento, y que la de guerra luciría, como distintivo especial, un sol pintado en su franja blanca.

Más de cien años después fue declarado el 20 de Junio el Día de la Bandera, en coincidencia con el aniversario del falecimiento de su creador, don Manuel Belgrano.

sábado, 25 de febrero de 2012

http://youtu.be/ZsYOc0JIc_k 
Juntó silencio como pa un entierro,
con lo que venga siempre se arregló,
Baja la vida como un pobre perro
mascando el sarro de una vieja tos...